El Cazador, "carnitas a la poblana"

Un poco de historia:

Mis padres, apunta Osiel Luna Arias gerente del restaurante, toda la vida se han dedicado al comercio, ellos lograron culminar una carrera universitaria, fundaron la Cristalería Ánfora, la cual dirige actualmente una mis hermanas, mi padre siempre tuvo conocimiento de algunos secretos de la cocina, además de saber criar ganado, porcino, bovino.

Todo empezó en San Francisco Totimehuacán, los abuelos paternos del gerente  de El Cazador se dedicaban al oficio de la carnicería, además de criar animales, “mi padre ayudaba a mi abuelo a la ordeña y todo lo relacionado con el oficio; él terminó su carrera, ya cuando trabajaba para Comisión Federal de Electricidad lo comisionan a Huajuapan”.

Era 1983 cuando el matrimonio Luna Arias se establece en la Metrópoli Mixteca, la mamá de Osiel con el afán de ayudar a su esposo, establece una “tiendita de novedades” la cual evolucionó a lo que fue la cristalería, negocio que duró 29 años.

Con la ‘invasión’ de algunas trasnacionales algunos negocios vinieron a la baja, por lo que se buscó otras opciones para obtener recursos, antes de las cristalería su la primera opción fue un restaurante de ‘carnitas’, pero por algunas razones no se le dio continuidad, “pero después de pasado el tiempo volvimos con lo que empezamos”, apunta Osiel Luna. 

Especialidades de la casa:

Las carnitas son identificadas como un manjar exclusivo de Michoacán, pero Puebla tiene su estilo entonces, lo que ofrece El Cazador son carnitas estilo poblano y el Sr. Luna Arias nos relata: “allá en los años maravillosos de San Francisco Totimehuacán, quienes iban hacia ‘African Zafarí’ tenían que pasar por San Francisco porque los fines de semana ahí se puede degustar este manjar.

Las carnitas michoacanas son más rojas, usan sal nitro, dicen que le echan cerveza, o leche, en este caso de las poblanas, se le pone jugo preparado con especias distintas a las purépechas, además que allá las pican más fina, acá son un poca más doradas y de trozos más grandes.

También ofrecemos los molotes y las ‘chalupitas’ poblanas, el chileajo y mole dulce de Huajuapan, pero la especialidad, acompañadas de chorizo, rábanos, pepinos, algunos cortes especiales para ¡chuparse los dedos! con tortillas hechas a mano, y una buena salsa el placer será inigualable.  

Ambiente: 

• Familiar.

Bebidas: 

Aguas frescas de la temporada además y cervezas nacionales; el mezcal es perfecta combinación importado de la sierra sur que combina muy bien con las carnitas, como un excelente digestivo.

Generales: 

• Precios: Desde una orden de chalupitas (5) 15 pesos hasta 1kg de carnitas en charola al estilo Puebla  $270.00, que satisface a cinco o seis personas .
• Formas de pago: Sólo efectivo.
• Espacio privado familiar: Contamos con un espacio para 45 personas, se les facilita el lugar, el ‘descorche’, el único requisito es consumir el refresco y la cerveza. Si lo desean podemos tener música en vivo, pero se tiene un buen sonido para amenizar la reunión.
• Servicio de banquetes: En ocasiones nos piden presupuesto para 250 personas, venderlo como se hace en el restaurante saldría muy oneroso, por lo que le proponemos ofrecer el servicio desde la venta del animal cuando sale del rastro casi a al costo más la preparación, que asciende a los 800 pesos, con cuatro litros de salsa, verde y guacamole, totopos, cebolla y cilantro, todo se les lleva a su domicilio.
• Formas de pago: Sólo efectivo.

No se puede ir sin probar: 

Si viene a Huajuapan no se puede ir sin probar las Carnitas en charola de estilo Puebla y un buen mezcal, si van de paso o vienen de la Universidad les recomendamos un medio kilo, depende de cuántas personas sean.

¿Y el cliente qué le significa a El Cazador? 

El cliente es el sustento de cualquier negocio, el hecho que venga a sentarse que nos otorgue su confianza y preferencia es ya un halago, el comensal significa todo, por lo que hay que atenderlo bien una de las fórmulas para el éxito es hacer las cosas con amor, haces las cosas de buen humor y eso el comensal lo agradecerá.

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